lunes, 10 de diciembre de 2012

Impresiones sobre Visión de Anáhuac y otros textos, de Alfonso Reyes

Impresiones sobre Visión de Anáhuac y otros textos.

"Buscando definirlo, clasificarlo (¡vieja manía!), 
se le llama ensayista".
P. Henríquez-Ureña, Alfonso Reyes en Estudios Mexicanos 
    Desde hace algunos años había tenido la intención/deseo de leer a Reyes, a aquel Reyes que le da nombre a la calle donde se ubica la cervecería cuauhtemoc-moctezuma en Monterrey. Compré el libro, que es el primer volumen de la aplaudida colección Biblioteca del Universitario de la UV. Estas son algunas de las impresiones del libro de uno de los más importantes intelectuales mexicanos que vivieron a la vuelta del siglo XIX al XX:
Algo hay de la Visión de Anáhuac en la botella.
    Reyes dedicó una buena parte de su vida a retratar para el mundo a su país, producto de este esfuerzo son la Visión de Anáhuac y México en una nuez. En la Visión evoca al país que encontraron los colonizadores: lo fastuoso del palacio del emperador, las inimaginables posibilidades del mercado, la magnificencia del Valle de México -rodeado de sus montañas nevadas; aquí fusiona su potente lírica (Pedro Henríquez lo refería como poeta) con sus profundas reflexiones, para lograr líneas como: «el choque de la sensibilidad con el mismo mundo labra, engendra un alma común», o, al hablar de las leyendas de los volcanes del Anáhuac: «no le neguemos la evocación, no desperdiciemos la leyenda». Al final del ensayo marca su distancia del indigenismo pop: «no soy de los que sueñan en perpetuaciones absurdas de la tradición indígena». Así la Visión nos brinda un vívido esbozo de aquella Tenochtitlán de finales del siglo XV. México en una nuez, en cambio, es una síntesis vertiginosa de todo lo que pasó después.
    Le pone mucho sabor al texto que escriba con fuerza contra lo que no le parezca. En Los poemas rústicos de MJO deja una crítica a aquellos "sabios" que escribían poesía bucólica (y por extensión a muchos otros sabios de papel), a «aquellos alejandrinos del Museo y de la Biblioteca que [...] de todo sabían menos de la vida y del mundo». En México en una nuez se lanza contra uno de los dogmas aquella época, el cual prevalece aún: condena la idea de que el pueblo deba ser gobernado por los "financieros", por «los 'científicos' como ellos se llaman» y posteriormente aborrece la teoría "centrípeta" de que una patria se debe modelar por sus contornos, de afuera hacia adentro.
El libro de la célebre colección Biblioteca del Universitario.
   En El testimonio de Juan Peña, Reyes lamenta la paulatina decadencia de las humanidades en los programas de estudio (¡si viviera hoy se iba pa' trás!), se levanta, como sus compañeros ateneístas, contra el positivismo (el cual por mala fortuna sigue siendo la doctrina en las academias). Por ahí Reyes hace como muchos otros intelectuales mexicanos, en quienes prevalece la idea de que solo las artes son cultura, y que desdeñan la matemática, las ingenierías y las ciencias exactas. En el contexto de lo que perdía crédito ante su grupo escribe: "sabíamos que la matemática vacilaba, y que la física ya no se guardaba muy bien de la metafísica"
    El libro también incluye dos obras de ficción, que son referidas como hitos de la literatura latinoamericana: La cena, un cuento muy memorable por su atmósfera de casualidad e incertidumbre, y La mano del comandante Aranda, un texto que no me pareció tan bueno como los del resto del libro. 
   

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Impresiones sobre Visión de Anáhuac y otros Textos por E. G. Lagunes se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 3.0 Unported.