viernes, 28 de septiembre de 2012

Cuerpo, alma, sombra y tono: Cuijla (FCE 1985)


Cuerpo, alma, sombra y tono
Cuijla, esbozo etnográfico de un pueblo negro de Gonzalo Aguirre Beltrán, FCE 1985 (1958) 

     Leí Cuijla para saldar una deuda espiritual con Aguirre Beltrán, el preclaro veracruzano, el estudioso de la negritud, el tlacotalpeño universal. Debo confesar que durante los 5 años que pasé estudiando en la Universidad Veracruzana, nunca supe más de la persona cuyo nombre lleva la calle principal de mi alma mater. Sólo cuando tomé el libro (que conseguí de uso en el mercado de Coatepec) supe que Aguirre había estudiado medicina y que, después de interactuar con las personas de un poblado donde ejerció como médico, se comenzó a interesar por las humaniades, y que ese interés le llevó a Estados Unidos a estudiar antropología africana.
   Cuijla es un pequeño pueblo de Guerrero, cuya ubicación geográfica -a las fechas en que Aguirre-Beltrán la visitó- favoreció al aislamiento frente al ritmo del resto del país, así conservando con pocas alteraciones su modo de vida y sus costumbres, primordialmente africanas, a lo largo de los siglos que siguieron a la conquista. Por este motivo, el Dr. Beltrán organizó una expedición, primero al Archivo General de la Nación, para hacer la investigación documental, y después a la localidad de Cuijla, para hacer este trabajo de etnografía de un pueblo negro.
     El tono del libro es siempre solemne, académico; siempre muestra un profundo respeto y admiración por las costumbres y creencias de las personas de Cuijla, pero no lo manifiesta a través de las palabras, pues el lenguaje es formal y llano, sino a través del hecho, pues recopila en el libro numerosas vivencias y opiniones de estas personas que otros suponen iletradas y supersticiosas (estas no son  palabras que él use), que para muchos carecerían de valor alguno; pero él, en cambio, les dedica su atención y este espléndido libro. No se deja intimidar ni llevar por el oportunismo y las modas académicas, habla fuerte para denunciar a los
exégetas de la conquista”; responde a los que han llegado a “la comparación de las formas indígenas de conquista con el sistema nazi de dominio” que “ es un procedimiento anticientífico proyectar sin reservas hacia el pasado las condiciones presentes”, que “el sistema nazi fue resultado de una sociedad capitalista” y además que “la organización social de los Mexica no fue capitalista”.
 Para aclarar posturas, da abundantes datos del genocidio cometido durante la conquista y la colonia. Nunca cae en el otro extremo, el de hacer una apoteosis de los cuileños, los retrata como son, sin proponerlos como modelo de civilización, sin dar juicios axiológicos que los sobrestimen.
      Dibuja cada ángulo de Cuijla: su geografía, sus ríos, sus cosechas, su historia, su gente. Nos habla de la medicina tradicional, de la forma en que construyen los redondos con palmas y palos; de la organización de la comunidad y de las familias; describe el densamente protocolario matrimonio de monte, que, a pesar de lo que pueda sugerir el nombre, es abundante en ritos y circunstancias, además de ser la forma de boda más deseada por las cuileñas y cuileños.
     Y Cuijla, el pueblo, a través de los ojos del Doctor Aguirre, se recrea como un lugar lleno de magia. Son hechizantes las líneas que dedica a la creencias en la sombra y el tono. La sombra, creencia de la negritud, según la describe, es una esencia de las personas: durante el sueño, puede salir de las limitantes del cuerpo que la contiene, pasearse por el cielo y el agua, y extraviarse -por fortuna, el libro documenta los pasos para atrapar una sombra perdida. El tono, herencia indígena, es un animal que lleva una vida paralela a la persona; para que un niño adquiera el tono, se deja, casi recién nacido, acostado en una cama de ceniza, en el monte -forzosamente antes del bautizo, y se espera hasta que llegue un animal salvaje que lama y acaricie al niño. Desde ese momento el hombre y el animal establecen una relación espiritual única: lo que uno siente lo percibe el otro, uno se cura en el otro, la vida animal se refleja en la personal.
       Leí este “esbozo etnográfico de un pueblo negro” para liquidar una deuda espiritual con el Dr. Aguirre, el Ex-rector de la Universidad donde estudié... después de haberlo leido creo que le debo aún más. ▌E. G. Lagunes 
Licencia Creative Commons
Cuerpo, Alma, Sombra y Tono por Elio Lagunes se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 3.0 Unported.