La revelación
Era una de esas frescas mañanas invernales en La Paz, estaba yo en la cocina; buscando como amenizar el desayuno había puesto un video de Xiomara Fortuna, de ahí, en las sugerencias del Youtube se desplegó Da pa lo do... pa eso sirve bien el broadcast yourself, para conocer cosas nuevas.
Rita Indiana me asombró tanto como antes lo hicieran Lila Downs, con su sonido a la vez espiritual y moderno en Tree of life, como Chichi Peralta en su Pa otro la'o con su ritmo y arreglos fuera de convención, o como la voz de tierra y cielo de la misma Xiomara, en Kumbajei y Balbuceos. Es una impresión distinta a la que provocan Buddy Rich, Celia Cruz, Michel Camilo, Tito Puente o Frank Rosolino, ellos son campeones en disciplinas olímpicas; en cambio, Lila, Rita, Chichí o Xiomara se desenvuelven en sus propias clases, con sus propios ritmos.
En cuanto a taxonomía musical, lo de Rita es un merengue-urbano-lounge con orillitas de electrónica. Ha creado un sonido muy relajado tomando como base la güira y la tambora y sus letras recrean el habla popular dominicana. Una buena parte de su proyecto es el lado visual, siempre vestida y maquillada como en una pasarela, con dos intrépidos bailarines como alfiles, Rita sale como una reina. El símbolo de su grupo, Los Misterios, es una evidente recreación de un vévé de la religión vudú haitiana.
Un recorrido por sus canciones:
Da pa lo do, la primer canción que escuché de ella, es un tema de conciliación de la historia de los dos pueblos que comparten una isla en el Caribe: República Dominicana y Haiti; su narrativa, paralela, la hace a través de la historia de dos hermanos que no tienen mamá y que son cuidados por el papá, quien es -naturalmente- pobre. La letra y el tono son en verdad profundos y sentimentales. El video, excelentemente realizado, de la canción muestra a un mulato y a un negro que dejan sus armas para darse un abrazo, mientras Rita sale vestida como una virgen, paseando en una motocicleta. El mensaje del conflicto de las dos patrias -y para cualesquiera otras dos patrias- destaca entre los que he escuchado, por lo sencillo, que lo hace a la vez tan honesto y real: quizá es poco lo que hay, pero alcanza para los dos.Video: Da pa lo do, Rita Indiana.
Pásame a bucá es una canción sobre una aguerrida cenicienta dominicana que trabaja en una casa en Puerto Rico, donde las 4 hijas de los patrones le dan guerra y la maltratan, pero «cuando lo papá no miran yo le doy macana». Esta canción es más una catarsis, por lo dura que es la vida en un lugar donde se es despreciado: «cuando salgo de esa casa, la sangre me hierve y en mi corazón yo tengo un 11 de septiembre». Después de la jornada, nuestra cenicienta busca pasear, divertirse, gozar. Entonces pide que la pasen a bucá.
La sofi es un obstinato, casi un haikú. Con esta me identifico mucho, porque transmite puro el deleite por la música -la música en sí misma... y también lo frecuente que se vuelve que a uno lo censuren por eso: los muchachos/ mi familia/ los fanistas «no me dejan». En su lista quiere poner discos de Daniel Santos, la Sofi, La Fania, Iron Maiden, la Lupe... (¡mucho boricua en la lista!). Ahí me la imagino con unos vinilazos recién comprados de segunda mano.
Un tema romántico, Flores de fuego, es a veces cumbia y a veces merengue, su letra va jugando con las métricas, todo el tiempo. «dame tu mano es la sombra de un sol que sabe a maní, toma la mía es testigo del pozo que cavé por ti».
Esas son mis favoritas, las que más me han impactado, de esta mujer tan compleja que escribe novelas (Papi) y cuentos (Ciencia succión)(que desafortunadamente no venden en e-book), así como hace música fresca y novedosa, reconociendo su herencia, como una alta higuera que muestra sus raíces.
Sobre la música de Rita Indiana por Elio G. Lagunes se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución 3.0 Unported.